8 abr 2006

OXIA




Uno de los catalizadores del nuevo techno galo. Ya desde su primer EP, editado en 1995, Olivier Raymond, a.k.a Oxia, ha sido uno de los primeros espadas de la escena techno francesa. Junto a su amigo The Hacker y a partir de su propio sello Goodlife, Olivier ha ayudado a regenerar el sonido de las producciones francesas. Mientras la mayoría de artistas apostaban por un sonido New Wave muy oscuro, Olivier se decantó por el lado funk del movimiento. Lo suyo es Hard Techno muy groovy y con reminiscencias de esa avalancha de loops que es ‘Purpose Makers’, la serie irrepetible de Jeff Mills. Oxia adorna el hard techno esquelético con un filtro electro que se ha convertido en un auténtico hype a principios del siglo XIX.Olivier saboreó por primera vez las mieles del éxito en 1998 con Phunky Data (dúo montado junto a otro de los grandes, Kiko) con composiciones al más estilo French Touch. Es entonces cuando Raymond decide investigar en la creación de un sonido propio, de una identidad propia en la selva electrónica. Es entonces cuando crea el nickname Oxia -originalmente una personalidad creada a medias con Stéphane Deschezeaux aunque después se desarrollaría como un proyecto propio del mismo Olivier- que empieza a cruzar fronteras de la mano del sello británico propiedad de Carl Cox y Dj C1, In Tec. Después de muchos EP y numerosos tours como Dj, Oxia está a punto de firmar su primer largo en solitario.Pero antes de hablar del futuro más cercano, estaría bien volver al pasado. Exactamente a 1971 que es cuando nace Olivier en Grenoble. De pequeño parecía predestinado a trabajar en la música por sus habilidades a la hora de tocar cualquier instrumento, precisamente en el seno de una familia sin ningún tipo de relación con la música. En cuanto a gustos musicales se decanta ya de bien jovencito por la Black Music de Prince, Chic o los Jackson Five. De más mayor reconocería que uno de los momentos mágicos de su vida fue cuando estando en la Costa Azul presenció un concierto de Cerrone en 1978.Durante sus años en la escuela conoce a Stéphane Deschezeaux, otro joven apasionado por la música negra. Los dos presentarán un programa de radio de Funk en una emisora local que tenía un equipo sin pitch pero con un giradiscos y un cassette, material suficiente en manos de Oxia para hacer maravillas. Cuando el material se le queda corto hace un esfuerzo inversor para comprarse un par de platos con los que pinchar en fiestas de estudiantes como un Dj de verdad. Olivier crece y con él sus gustos musicales: Afrika Bambaataa, el Italo Disco, la New Wave, Depeche Mode, New Order, M/A/R/R/S. Es tiempo de interesarse también por la movida house, -"una continuación del movimiento funky", en palabras del propio Oxia.En 1991, Olivier compra sus primeras "máquinas de hacer música de beats" y empieza a componer melodías incorporando sonidos de la Black Music, el Acid Jazz y New Jack. Dos años más tarde empieza a ejercer de Dj en un club de Grenoble donde también empieza a pinchar nuevos géneros para él como el trance europeo y el progressive (Eye Q, Guerrilla, Harthouse…). En 1994 Olivier y Stéphane empiezan a trabajar en un sonido que sería una mezcla del techno americano de Jeff Mills o Damon Wild y el acid house. El resultado de este trabajo se concreta un año más tarde con la edición de un EP en el sello de ambos, Ozone Records (nombre extraído de la tienda de discos de Kiko). Olivier co-producirá además las primeras producciones de Jack de Marseille en Ozone.A todo esto, la amistad que se crea entre Olivier y Kiko también reportaría frutos musicales a partir del proyecto The Phunky Data. La relación aporta dos largos al mercado, "Fashion or Not" (1998) y "38" (2000). Después de sendos éxitos, Oxia empieza a sentirse incómodo siendo parte de un dúo. Es de esta manera que empieza a buscar nuevas vías de escape y junto a Michel Amato (The Hacker) y Alexandre Reynaud alumbran el nacimiento de Goodlife -en referencia a Inner City-, un sello que se encargaría de abanderar el sonido de la efervescente Grenoble. El joven sello edita en 1999 el Ep "Body" en el que Olivier y Stéphane empiezan a comprender que las diferencias estilísticas son insalvables. El segundo quiere ahondar en un deep-house que a Olivier no le convence. Parten peras de manera amistosa y Oxia ya sólo es uno.Oxia se convierte en una máquina de hacer tracks. Intenta refinar su sonido y escorarlo hacia el groovy techno que comentábamos antes, siempre con una carga Old Skool considerable. Goodlife 04 ("Etat d’Esprit" EP, 2000) gana enteros en el circuito internacional y llama la atención de Carl Cox y Dj C1 con los que firma dos Eps para In Tec: "Influence" en 2000 y "Finally" en 2002. También ‘ficha’ por el sello alemán Monoïd ("1003" EP en 2001, "Delay" EP también en 2002). Empieza a remezclar en sellos como Missile, Scandium, Terminal M… y a grabar sesiones enlatadas en las que intenta eso tan difícil que es reflejar el espíritu de sus sesiones en directo ("Vital Session" en 2001 en Human/Uwe y "Oxia on Monoïd" en Monoïd el año siguiente).Y llegamos al presente en el que Oxia se ha convertido en uno de los padrinos del techno francés junto a artistas de la talla de David Carretta, The Youngsters, Vitalic, Kiko, Agoria, John Thomas… Sabe perfectamente que su nueva cumbre a escalar es el álbum entero y parece preparado para ello. "Soy muy puntilloso y lento a la hora de componer. Además de ser bastante indeciso también!", reconoce el mismo Olivier. Pero llega enero de 2004, el momento elegido para la aparición de su primer largo como Oxia en solitario para Goodlife: "24 heures", un álbum que retrata su vida misma. 12 tracks para reflejar 24 horas en la vida de uno de los valores más seguros en la bolsa musical francesa. Este verano ha ampliado su radio de acción en España, donde es muy querido, pinchando en el festival Creamfields almeriense.